Los dientes son una pieza necesaria en nuestra boca. Una buena higiene bucodental y una correcta alimentación ayudan a mantener las piezas dentales en buen estado durante toda la vida. Sin embargo, hay diversos motivos que pueden provocar la pérdida de nuestros dientes tales como las enfermedades dentarias. Cuando se pierde una pieza dental es …
Los dientes son una pieza necesaria en nuestra boca. Una buena higiene bucodental y una correcta alimentación ayudan a mantener las piezas dentales en buen estado durante toda la vida. Sin embargo, hay diversos motivos que pueden provocar la pérdida de nuestros dientes tales como las enfermedades dentarias. Cuando se pierde una pieza dental es muy importante sustituirla de manera correcta, ya que esta ausencia no solo afecta a nivel estético, sino que también conlleva consecuencias muy negativas en nuestro día a día.
El hueso que rodea la raíz de los dientes, conocido como alveolar, se diferencia diferencia del resto de huesos de nuestro cuerpo y es que tiene la capacidad de cambiar, renovarse y auto-curarse de manera natural. El principal objetivo del hueso alveolar es mantener el diente en la mandíbula y responder ante la presión que realizan los dientes al masticar.
Si una persona pierde una pieza dental, el hueso alveolar comienza a re-absorberse poco a poco de forma natural y comienza a perder altura y grosor.
¿Porqué ocurre esto?
Causas de la pérdida de hueso
Para evitar mayores consecuencias, lo más importante es prevenir el problema a tiempo. Para ello, debes acudir con regularidad al especialista para que tu diagnóstico se realice lo más temprano posible. La pérdida de hueso se puede producir por multitud de causas, entre ellas podemos destacar las siguientes:
Piorrea
La falta de higiene dental puede provocar que las bacterias que están presentes en la placa se cuelen en las encías y puedan provocar el deterioro del hueso alveolar. Una vez que sucede esto, los dientes se pueden caer con bastante facilidad.
Extracción de dientes
Si hay una ausencia de uno o varios dientes y no se sustituye, el hueso de esa pieza empieza a reabsorberse porque no recibe la estimulación al masticar. Además, el diente de la otra arcada o maxilar que sí está presente busca el diente ausente para apoyarse, como no lo encuentra sigue desplazándose hacia fuera en su búsqueda, hasta que, finalmente y con el paso de los años, se termina también perdiendo.
Traumatismos
Cuando se recibe un golpe, el diente se rompe o se debilita y la estimulación se detiene. Si no se actúa a tiempo, comienza la reabsorción dental.
Diabetes
Algunas enfermedades como la diabetes hacen que las personas sean más propensos a sufrir algún tipo de infección bucal, problema de encía o pérdida dental. Hay que prestar suma atención en estos casos.
Osteoporosis
Los pacientes con esta enfermedad sufren un desequilibrio entre el calcio y el fósforo, lo cual da lugar a la disminución de la densidad de los huesos de todo el cuerpo.
Consecuencias de la pérdida del hueso maxilar
Al producirse una pérdida ósea se originan consecuencias estéticas, morfológicas o funcionales graves, tales como:
Retraimiento de los labios
Con la reducción del hueso maxilar, los labios se retraen, sobre todo el superior, provocando arrugas de expresión y un fuerte cambio estético en el rostro.
Modificación de la oclusión
Los dientes se inclinan, rotan, y se mueven por la reducción del hueso. Debido a esto, notamos que los dientes no encajan de forma correcta y que nuestra forma de masticar y morder ha cambiado a peor.
Aflojamiento de dientes
Al perder grosor en el hueso, los dientes tienen menos sujeción y quedan en una situación de mayor inestabilidad. Cuando esto sucede, se corre el riesgo de que se aflojen y se puedan llegar a caer.
Si necesitas más información sobre las consecuencias de la ausencia dental, aquí te dejamos un articulo para saber más.
Si en algún momento notas cualquier tipo de irregularidad en tu boca, no dudes en llamarnos o acudir a nuestra consulta, recuerda que lo mejor es una prevención a tiempo.